Salud Infantil: educar en emociones
10.05.2016
No es nada nuevo que, cuando nacen nuestros hijos, instauramosen nuestro comportamiento, por defecto, un rol de padre omadre, caracterizado en su mayoría, en cubrir sus necesidades
básicas y de cuidado físico.
A medida que crecen vamos aportándoles todo aquello que creemos es necesario para su desarrollo, con el objetivo último de evitar daños a nuestros maravillosos retoños. De esta manera, comenzamos a comprar dispositivos eléctricos para estar 24 horas alerta de lo que les pueda suceder; ponemos barrotes en los extremos de las escaleras; intentamos que no se caigan cuando montan en bicicletas; que no cojan objetos con los que puedan arañarse o pincharse; quitamos todos los productos de limpieza que puedan estar a la vista; les vamos comprando sillas adaptables para el coche tal como van creciendo... y un sin fín de casos que ejemplifican, en una última instancia, lo que es la prevención física de nuestroshijos. Sin embargo, aún hay muchos padres que se limitan a eso, a la integridad física de su hijo, pero,¿qué ocurre con los daños emocionales?, ¿es necesario hacer prevención emocional?, ¿cómo prevenimos y qué consecuencias tiene hacerlo? En los niños, las emociones, al igual que su desarrollo personal, social y cognitivo, dependerá de la influencia socio-familiar, por lo que a mayor consideración y formación al respecto, mayor capacidad de "educar en emociones" y por tanto, en "salud emocional". Es cierto que existen determinados factores neurobiológicos que determinan de alguna manera la expresión deciertas patologías, pero mientras antes eduquemos y formemos en emociones, construiremos a hijos menos vulnerables a trastornos del estado de ánimo, alimenticios, de conducta, adicciones, bajo rendimiento escolar, timidez y otros muchos problemas. Por estos motivos, cabepreguntarse:
¿Qué podemos enseñarles a nuestros hijos
- Identificar las emociones que vamos experimentando, así como la de los otros
- Sentir sin miedo al sufrimiento. La tristeza, el llanto y la vergüenza son tan necesarias como la risa, alegría y el amor.
- Autorregular las emociones, es decir, elaborar estrategias para el control emocional que satisfaga las demandas del medio.
- Expresar de manera adecuada las emociones, sin reprimir ni evadirse de las mismas.
¿Cómo lo podemos hacer?
- Comunicación abierta padres-hijos sobre las emociones. Enséñales a detectar las emociones de cada momento.
- Apórtales vocabulario para expresar las emociones y sentimientos.
- Escucha y aprueba las emociones que sienten, sin críticas ni reprimendas.